Orígenes del Yoga egipcio
Las investigaciones realizadas por Babacar Khane en Egipto en compañía
de su esposa, Geneviève, le permitieron sacar a la luz la presencia en Egipto
de una forma de yoga muy cerca al hatha-yoga de la India.
En la tumba de Ptahhotep y Akhtihotep, a Saqqarah, encontró una
representación de posición del loto (hacia -2600 a. C.). También encontró en
otros lugares otras representaciones de numerosas posturas del Hatha-Yoga
tradicional: por ejemplo la postura del cobra real, en la tumba de Zenet y
Antekofer (necrópolis de Abbeville, hacia 1950 a. C.) y la postura del arado en una capilla del templo de Denderah (época tolomeica). Estos índices de presencia del yoga en Egipto antiguo dan prueba del alcance universal de esta disciplina. Para Babacar Khane, la tierra entera conoció el yoga y el origen de éste coincide con los orígenes de la vida animal, como lo indica la leyenda de los avatares de Vishnu.
Para Y. B. Khane, las actitudes de pie o sentadas de los colosos
faraónicos son actitudes yóguicas de pleno derecho por el control del cuerpo y
la concentración intensa que suponen. La postura típica del arte egipcio, el
tronco, la cara, la cabeza, los brazos y
las piernas de perfil es para Babacar Khane una postura de torsión que se
pueden acercar a posturas indias de torsión como Matsyendrasana.
Según ellos, el Egipto antiguo
simbolizó a través de la persona del faraón,
el hombre que consigue armonizar en él los dos polos de la energía,
representados en la mitología y los símbolos egipcios por múltiples pares de
contrarios: los dos hermanos enemigos, las dos hermanas, los dos reinos, las
dos serpientes, los dos pulmones, los dos cetros, las dos coronas, etc.
Otras teorías sobre los orígenes del yoga
Un hecho aceptado de la historia, como sabemos, es que la India es el lugar de nacimiento de Yoga, basado en objetos que datan de hace 5.000 años. Sin embargo, parece para algunos historiadores, se originó en Africa. Basándose en pictogramas y otras reliquias que se encuentran en Egipto, otros estudiosos, han propuesto que Yoga apareció en Egipto al mismo tiempo, o un poco antes de su aparición en la India.
Algunos afirman que la práctica se extendió desde Egipto a la India, que
sin duda sería un giro en la historia de Yoga tal como lo conocemos
actualmente. Los principales partidarios de esta teoría incluyen a Babacar Khane,
y a Muata Ashby, investigador y practicante de “Yoga egipcio”.
Si el Yoga se originó en India o en Africa, el movimiento de Yoga puede
considerarse mucho menos difundido en África durante los últimos 3.500
años. El interés por el Yoga, surge
en la década de 1940, cuando la
“Sociedad de Vida Divina” de Swami Sivananda fue fundada en
Durban, Sudáfrica. Varios yoguis entonces comenzaron a visitar Sudáfrica y
desarrollaron escuelas de Yoga y seguidores.
Sin embargo, fue debido al apartheid,
lo que impidió que muchos maestros indios enseñaran libremente. Los profesores
sudafricanos, tuvieron que formarse en el exterior, fuera del continente, para seguir sus estudios. Un importante
defensor de Yoga, residente en Johannesburgo fue la modelo profesional, Roma
Blair.
Después de haber pasado tres años en un campo de prisioneros japonés
durante la Segunda Guerra Mundial y teniendo por ello problemas de salud,
acudió a un yogaterapeuta sudafricano que le enseño técnicas de yoga para
restablecer su salud. A raíz de eso
comenzó a filmar programas de sobre Yoga en 1959; incluso después de su
traslado a Australia, ayudó a difundir la popularidad de la práctica en África.
Fuera de Sudáfrica, en Zimbabwe y
Kenya ayudó a difundir el conocimiento del Yoga, pero no fue siempre bien
recibida. Personas tradicionalistas ven al Yoga como una “religión de la
inactividad”, que implica una pérdida de
tiempo y su práctica constituye una marca de pereza.
Hoy, la Federación Africana
de Yoga cuenta 39 instructores de Yoga respetados como miembros. Aunque dicha
Federación está aún en su fase de desarrollo, el Yoga va a traer beneficios a
un continente donde se originó la humanidad misma. En este momento, Sudáfrica y
Namibia tienen un núcleo muy fuerte y dedicado, de estudiantes y profesores de
Yoga.
La técnica
Las posturas verticales del Yoga Egipcio y sus secuencias dinámicas son
especialmente adecuadas el occidental de hoy día. El Yoga Egipcio puede ser
practicado a cualquier edad:
- Ayuda a tomar conciencia del cuerpo y coordinar mejor sus movimientos
- Enseña a canalizar la energía
- Mejora las funciones cerebrales, ayudando a centrar la atención y mejora la memoria y la concentración
- Ayuda a desarrollar cualquier trabajo de una forma más rápida y eficaz
- Es un sistema de reeducación postural, mejorando la recuperación de la locomoción en casos específicos.
- Revitaliza todo el organismo y mejora sus funciones
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